Una semana cualquiera empezó con mi inesperado viaje a Madrid. Cuando me lo dijeron, pensé " Madrid, una gran ciudad, caos y sobre todo diversión en cada esquina" y por suerte no me equivoque en nada.
En solo tres días, pude ver lo que es la capital de España, no solo la variedad en las personas, si no también la variedad entre lo lugares, entre los comentarios o conversaciones que podía escuchar accidentalmente. En una hora podías descubrir a un Italiano hablándote de un terrible desamor o a un alemán hablando de la vuelta a su país y al magnifico embarazo de su esposa. Simplemente expendido. Salir una noche, o dos, no es suficiente, ni de lejos, encuentras personas, sitios, lugares que de día parecencia dormidos, es como si al caer la noche un gran gigante se despertara para compartir con nosotros una noche en esta increíble capital. Pero lo que mas me sorprendió y todavía sigo sin creerme es como la ciudad y la naturaleza conviven sin molestarse una a la otra, puedes estar en un momento en el centro de la ciudad atiborrada de coche y diez minutos después estar en este maravilloso puente contemplando el vaivén del agua.
No solo se lo recomiendo a todos, si no que también os los digo de todo corazón, No es viajar hasta esta única capital, es vivir una experiencia única y necesaria en la vida