miarroba
SONETO DE LA POESÍA.

SONETO DE LA POESÍA.


En tu desván perdido hay un tesoro
un celestial fulgor arde en su llama
es un arcón de letras que se inflama
un resplandor de versos plata y oro.

Duermen las perlas sueños de decoro
una corona su esplendor reclama
la poesia es que tanto te ama
ponte en las sienes su fulgor sonoro.

Mete la mano y saca las palabras
te admiraran feliz cuando lo abras
relucirá brillante pedrería
que ira cayendo en rio de tu boca.

Tanta riqueza nadie cambiaria
solo a los sabios este premio toca.

011
LA MARIPOSA (LEYENDA ASTURIANA)

LA MARIPOSA (LEYENDA ASTURIANA)

En una aldea asturiana, vivió, hace mucho tiempo, un rico labrador, viudo desde hacía años, que tenía dos hijas, pero para quien sólo contaba una, Inés, que nunca se atrevió a contradecir a su padre en nada, y se casó con el novio que éste le había designado.

No pasó lo mismo con Clara, su otra hija, que a la hora de contraer matrimonio, eligió con el corazón, y provocó tanta ira en su padre, que la desheredó y le prohibió acercarse a la casa donde había nacido.

Clara y su esposo vivían pasando mucha necesidad, y aunque Inés deseaba ayudar a su hermana, el temor a su padre le impedía hacer nada.

Cuando el labrador murió, Inés intentó de nuevo favorecer a Clara de alguna manera, pero ésta vez, fue su marido quien le prohibió hacerlo. Se desesperaba viendo la pobreza de su hermana, pero no veía modo de remediarlo.

El día que se celebraba la misa por el alma de su difunto padre, rogó Inés con toda su alma para que Dios le permitiera encontrar el modo de favorecer a Clara, y en eso estaba cuando de pronto sintió un gran peso sobre su cabeza. Levantó la mano y una mariposa se elevó en el aire. No pudo creer que fuera el pequeño insecto el que provocaba aquella sensación hasta que el fenómeno se repitió varias veces.

Al acabar la misa, le contó a su marido lo que le había pasado, pero éste no le hizo el menor caso. Sin embargo, a los pocos pasos, fue el marido quien levantaba la mano hacia su cabeza por el gran peso que sentía sobre ella y quien veía elevarse una mariposa ante sus ojos.

La mariposa estaba constantemente presionando la cabeza de uno u otro de los esposos, hasta que Inés insistió tanto en que era una señal que se les enviaba para que ayudaran a Clara, que su marido accedió a repartir la cuantiosa herencia de su suegro, con sus cuñados.

Así se hizo, y ya restablecidos cariñosamente los lazos entre las dos familias, vieron una mariposa revolotear alegremente ante ellos y luego volar muy alto, muy alto.....

056
ASI, VERTE DE LEJOS.

ASI, VERTE DE LEJOS.
*********************
Así, verte de lejos, definitivamente.
Tu vas con otro hombre, y yo con otra mujer.
Y sí que como el agua que brota de una fuente
aquellos bellos días ya no pueden volver.

Así, verte de lejos y pasar sonriente,
como quien ya no siente lo que sentía ayer,
y lograr que mi rostro se quede indiferente
y que el gesto de hastío parezca de placer.

Así, verte de lejos, y no decirte nada
ni con una sonrisa, ni con una mirada,
y que nunca sospeches cuanto te quiero así.

Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo,
la noche entera es corta para soñar contigo
y todo el día es poco para pensar en ti.



049
LA PLAYA Y EL MAR.

LA PLAYA Y EL MAR.

Lo contaron las aguas
con su voz de inmensidad.
Lo repitieron las gaviotas
con su rumor de aquí y allá.

También lo gritó la herrumbre
de las anclas en profundidad.
" Hace mucho tiempo que
la playa está enamorada del mar. "
Tibia y dorada lo espera
sin poderlo conquistar.

Cada arena es un sueño
que comienza a brillar
para ese viajero incansable
con cambiante corazón de sal
que viene...la acaricia...
la viste de caracolas ,
luego ...sin despedirse
la deja húmeda...y se va...

En un silencio de arenas
guarda, la playa,
su dolor de amar.

025
SOY SÓLO UNA MUJER.

SOY SÓLO UNA MUJER.

Soy sólo una mujer y ya es bastante,
con tener una chiva, una tartana
un «bendito sea Dios» por la mañana
y un mico en el pescante.

Yo quisiera haber sido delineante,
o delirante Safo sensitiva
y heme, aquí,
que soy una perdida
entre tanto mangante.

Lo digo para todo el que me lea,
quise ser capitán, sin arma alguna,
depositar mis versos en la luna
y un astronauta me pisó la idea.

De PAZ por esos mundos quise ser traficante
-me detuvieron por la carretera­
soy sólo una mujer, de cuerda entera,
soy sólo una mujer y ya es bastante.

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