Almendros en flor

Si algo caracteriza el paisaje campestre del mes de Febrero es la floración del almendro, anticipándose a una primavera aún por llegar. Este frutal que como el olivo o el ciruelo, procede de Asia Menor, es propio de áreas meridionales, pues demasiado al norte muere por las heladas primaverales y demasiado al sur se mantiene vivo pero no fructifica.

Acerca de su temprana floración,desafiando las heladas, existe una antigua leyenda que nos habla de una historia de amor entre Fílide, princesa de Tracia y Acamante, joven combatiente de la guerra de Troya. Día tras día, Fílide acude hasta la orilla del mar, intentando divisar entre la flota ateniense la embarcación que le devuelve a su amado. Pero ésta se retrasa por una avería. Pasan los días y no llega y Fílide, pensando que Acamante había perecido en la guerra, muere de tristeza. Entonces la diosa Atenea convirtió su cuerpo en un almendro. Cuando, finalmente, llega Acamante solo puede acariciar el tronco del árbol. Y Fílide, convertida en almendro, responde a sus caricias con con una exuberante y repentina floración, antes de echar las hojas.

Imagen: Funny Flowers (Rosa Vilches Arroyo)