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Como cada año, el penúltimo domingo de Octubre, constituye una llamada a la conciencia misionera. Es la fecha del Domund. Una ventana abierta por las OMP para entender la significación y el alcance de las obras misionales. Una Misión comprometida con todos los pueblos del mundo más necesitados tanto material como espiritualmente. Una Misión que el pasado año desarrolló 482 proyectos en África, 118 en América, 42 en Asia y 16 en las islas de Oceanía.
Pero la Misión no es solo cosa de unos cuantos hombres y mujeres que se han sentido atraídos por la bendita llamada de convertirse en misioneros. Por el contrario es un compromiso que nos interpela a todos los creyentes. Se trata, en palabras del Papa Francisco, de “salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 20). Y esas periferias pueden estar mucho más cerca de lo que pensamos.
Por ello el lema del Domund de este año: “Sé valiente, la misión te espera”, nos invita a retomar la audacia evangélica para comprometernos con los más elementales derechos humanos y con los principios evangélicos.
La idea del Domund nació en Lyon, Francia, en 1822, por iniciativa de la joven Paulina Jaricot. Comenzó implicando a los trabajadores locales para que apoyasen las misiones con una pequeña limosna cada semana. El Papa Pio XI instituyó la jornada para la Iglesia universal, como un día en que los creyentes se unen de forma especial a través de la oración, del testimonio de vida y de la comunión de bienes, en respuesta a las graves y vastas necesidades de la Misión.
Yo cuando era joven hacia la cuestación del Domunt este dia , bueno, este dia o el que fuera ,claro,no me acuerdo bien.
Con las huchas por la calle pidiendo a la gente ...que tiempos ...
Un abrazo.
Hola!
Espero que estés pasando un buen sábado y feliz fin de semana. Saludos.
Es verdad, yo también recuerdo cuando era pequeña que nos daban esas huchas que eran cabecitas de niños negritos, chinitos o incluso indios con plumas y todo. Y me acuerdo que a mis padres no les hacía gracia que yo anduviera pidiendo por la calle y eran ellos y mis tíos los que me llenaban la hucha... jajaj. Qué recuerdos...
Toda mi admiración y mi respeto por los misioneros que dejan todo atrás, comodidades y confort de una parroquia en la capital para irse a lugares lejanos, sin nada de lo que tenían aquí.
Un abrazo y feliz descanso.
angela.69Hace 41 minutos
maravillas10Hoy a las 09:27
astur_82Ayer a las 23:46
NaiaraDelko18/04/2024
Rocio.Chio17/04/2024