Leyenda de La Amalia

La Amalia, era famosa por practicar hechicería y brujería, proporcionando a sus clientes toda clase de pócimas y brebajes para sanar cualquier mal, pero muy especialmente el mal de amores.

Sucedió a finales del siglo XIX en un pueblecito de la costa cartagenera conocido como La Algameca Chica. Este lugar debe su nombre, según se dice, a un tal Selim Algamek, un eremita musulmán, que habitó por la zona en tiempos de la dominación árabe. En este paraje hace unos 135 años se levantó un pequeño pueblecito, cuando personas con escasos recursos construyeron chabolas de madera, con la intención de disfrutar de las aguas del Mediterráneo durante la temporada estival. Carecen de títulos de propiedad, pues los terrenos pertenecen a Defensa, que en más de una ocasión intentó, sin éxito, desalojarlos. Pero estas personas, a día de hoy, aún sin papeles, tienen un derecho que ya es secular.

La fama de la Amalia se extendió más allá de nuestros lares y en cierta ocasión la visitó el capitán de un navío inglés, de los que cargaban mineral en nuestras costas. Era hombre fuerte y apuesto y a pesar de ser más joven que “la Amalia”, ésta no dudó en suministrarle la mejor de sus endiabladas pócimas amorosas. No es de extrañar, por tanto, que cuando el marino volvió a tocar puerto en Cartagena, acudiera presto a los brazos de nuestra paisana, con la que zarpó para navegar por los distintos mares. No sabemos si fueron felices y comieron perdices pero a la Amalia no se le volvió a ver por la Algameca. 

Imagen: Lugar conocido como "Arco y Piscina de La Amalia" en La Algameca Chica de Cartagena