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Cada lugar tiene sus propias leyendas, pero cuando uno crece en una ciudad portuaria donde el ir y venir de barcos y gentes de todos los continentes es diario, sus oidos se van llenando de extrañas leyendas, unas con cierta base real y otras producto de la elevada imaginación de los marineros.
Como es sabido las costas del Mediterráneo español sufrieron durante los siglos XVI y XVII las incursiones de piratas beberiscos que tenían su base en las costas del norte de África. Como fuese que el rey Carlos I tenía prioridad en atender las grandes causas del Imperio, en pocas ocasiones se atendió a las demandas de seguridad de las poblaciones afectadas. En nuestra región surgieron a tal efecto una cadena de Torres con la misión de alertar y contrarrestar estos ataques.
La leyenda que hoy traemos nos habla de un fraile del antiguo Convento de San Diego en Cartagena. Se dice que este fraile era de costumbres mundanas y pasaba más tiempo en las tabernas que en el Convento. Y sucedió que una noche de juerga coincidió con un norteafricano que en medio de la borrachera tuvo la debilidad de hacerle confidente de que una nave berberisca se acercaba a la ciudad. El anunciado peligro le hizo recobrar la lucidez y sin mediar palabra con nadie, se acercó a la Linterna (torre vigía que hacía las veces de faro en Cartagena) y apagó la luz para que los piratas no encontraran la entrada al puerto. En su lugar, encendió otra que dirigió a los asaltantes a un arrecife, donde encallaron irremediablemente.
Una vez encallados, el fraile hizo sonar las campanas de la ciudad, a cuyo sonido salieron los ciudadanos y los militares que encontraron a los piratas embarrancados. De esta forma la ciudad se libró de aquella incursión berberisca.
Imagen de internet: Torre de Santa Elena en La Azohía (Cartagena)
Te saludo amigo, un placer siempre pasar y leer tus interesantes informaciones y textos llenos de cultura .
Un abrazo grande .
Hola!
Sí, en un gran historia de amor, todos los días deberían de ser los mejores.
Que bonita la imagen de la Torre de Santa Elena, m encantó con el cielo rojizo.
Saludos.
Pues mira, en este caso el carácter mundano y borrachucio del fraile sirvió para salvar a la ciudad. El mundo de las leyendas es algo que siempre me ha interesado mucho, me divierten y me hacen pensar.
Un abrazo y feliz velada.
astur_82Ayer a las 23:53
AMeigaAyer a las 16:52
Joaki-007Ayer a las 15:51
larocukyAyer a las 15:22
angela.69Ayer a las 14:17