Y Napoleón nunca entró en Cartagena

La entrada del ejército francés en España en 1808 con la pretensión de extender el dominio napoleónico introduciendo la dinastía Bonaparte, tiene en este rincón del sureste peninsular un área nunca dominada por los franceses. Desde aquí partieron armas y víveres en dirección a los frentes de batalla de Andalucía y Levante. Destaremos el Regimiento de Infantería Voluntarios de Cartagena, con 1.500 hombres y al mando del coronel Joaquín Ovalle, que pasó a formar parte del ejército central distinguiéndose en el sitio de Zaragoza uno de los más feroces de la historia.

Es cierto que el 23 de Mayo de 1810, una expedición de castigo llegada desde Andalucía al mando del general francés Sebastiani, saqueó las ciudades de Lorca y Murcia. Pero se retiró de inmediato y en el contraataque, el general español Joaquín Blake conquistó Cúllar y asedió Baza. Pero no sería hasta el 23 de Enero de 1812 cuando las tropas napoleónicas al mando del general Soult, después de tomar Lorca, pusieron cerco a Cartagena, con la intención de controlar su estratégico puerto.

Pero calcularon mal la capacidad defensiva de la ciudad y el espíritu de los cartageneros. Las campanas de la ciudad tocaron a rebato y cada cual ocupó su lugar en los distintos baluartes defensivos.Cuando los franceses iniciaron sus primeros movimientos de ataque, desde el Castillo del Atalaya, donde se ubicaba lo mejor de la artillería española, comenzaron a disparar, desmontando la batería francesa con una puntería certera en extremo. Fue un combate breve: la gran batalla quedó en una escaramuza que forzó a los franceses a salvar sus armas y pertrecharse como pudieron. No es difícil pensar en una huida poco honrosa. Cartagena, permaneció inexpugnable.

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