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El fotolog de elgauchobesuqueiro
María Micaela Guyunusa:

homenaje a la mujer charrúa Corría el año de 1806. Eran tiempos de invasiones inglesas.
Los militares británicos prometían respetar a los criollos y darles independencia de España, libre comercio y prosperidad, pero no engañaban a los paisanos ni a los integrantes de las culturas más discriminadas. Los vecinos de la Banda Oriental y los de Buenos Aires, con el apoyo de los pueblos de los puntos más distantes del Virreinato, cerraron filas junto a las autoridades españolas.
Artigas organizó la participación de gauchos, indios y afroamericanos en la defensa. Era soldado del Rey, pero en realidad representaba al mundo de los más humildes y por los más humildes ya trabajaba.
Muchos charrúas se aliaron por entonces con los criollos y hasta bautizaron a sus hijos, levantando sus ranchos en los pueblos bajo la protección de Artigas. Así hizo por entonces la charrúa sanducera María Rosa con su hijita, a la que llamó María Micaela Guyunusa, y que nació precisamente en 1806.
El nombre Micaela era el preferido por las madres charrúas en aquellos bautismos, en recuerdo de la indígena peruana Micaela Bastidas, asesinada por el poder español en el siglo XVIII.
María Micaela Guyunusa nació, pues en un pueblo de indios del litoral oriental del Uruguay, en un momento en que las canciones de cuna se acompañaban por el tronar constante del cañón.
Con cinco años de edad Guyunusa acompañó a los suyos en la escolta al Exodo del Pueblo Oriental. Vivió los años esperanzadores de Arerunguá y
Purificación. Después de 1820 su gente debió ocultarse. Creció en los montes, en la resistencia cimarrona contra el portugués; y ya adolescente apoyó como todos los charrúas la gesta que encabezaran los Treinta y Tres. Su primer hijo nació en los tiempos nuevamente esperanzadores de Sarandí e Ituzaingó.
Pero el Estado Oriental organizado en 1830, que debió darles a los charrúas un lugar de respeto, los persiguió cruelmente. El hijito mayor de Guyunusa fue separado violentamente de su madre en los repartos de niños posteriores a las emboscadas de Salsipuedes, Paso del Queguay y la estancia de Bonifacio.
Guyunusa, cautiva, fue vendida por manos orientales para ser exhibida en un circo francés. Estaba nuevamente embarazada. Con ella encadenaron y embarcaron a tres hombres charrúas: el joven Laureano Tacuabé, el anciano curandero Senaqué y el cacique Vaimaca Peru, que había sido gran amigo de Artigas.
Laureano Tacuabé y Guyunusa se había criado junto a las familias de charrúas cristianos; en cambio Vaimaca Peru y Senaqué pertenecían a los grupos charrúas más tradicionalistas.
La última vez que vieron suelo oriental estos cuatro hermanos nuestros fue el 25 de febrero de 1833, cuando los subieron encadenados al barco francés, que también llevaba ñandúes como curiosidad.
En Francia muchos intelectuales protestaron contra aquella exhibición de "salvajes" traídos contra su voluntad. Entre los que protestaron estuvo el poeta alemán Enrich Heine.
Los franceses se sorprendían de que Guyunusa, durante su embarazo, tocaba un tosco violín, probablemente elaborado por Tacuabé.
Guyunusa vestía pieles y mantas tejidas con diseños geométricos. En su frente había tres rayas azules pintadas en sentido vertical, que llegaban hasta el nacimiento de la nariz. Cantaba tristemente y guardaba un digno silencio frente a los curiosos. Presenció la muerte de Vaimaca Pirú y de Senaqué, los dos charrúas mayores. Cuando sintió que llegaba el parto, organizó todo con su compañero Tacuabé el cual se desempeñó, según los observadores, con conocimiento de lo que debía hacer en esas circunstancias.
Los franceses tomaron nota de todo el parto y anotaron que "la criatura llora de forma muy similar a nuestros bebés". Había nacido una niña charrúa en Francia, y Guyunusa la llamó Micaela Igualdad.
Después del parto Guyunusa se envolvió en una gran melancolía. Cuando la niña tenía diez meses era evidente que la madre fallecería de un momento a otro en un estado avanzado de tuberculosis. Temerosos de perder tan valioso ejemplar de mujer salvaje, los franceses la separaron de Tacuabé, le afeitaron la cabeza (a lo cual no opuso resistencia) le pusieron dos tubos en la nariz y le hicieron, aún viva, un vaciado de yeso para conservar el registro de su estructura craneana.
Guyunusa fue enterrada en una fosa común para fallecidos de enfermedades contagiosas en la ciudad de Lyon.
Tacuabé huyó poco después con la niña en brazos. ¿Lo habría planificado ya en vida de Guyunusa? ¿Quiénes fueron los franceses que los ayudaron? No se supo nunca más nada de ellos, aunque las leyendas son innumerables. ...
¿Qué habrá sido de la niña? ¿Alguien le contaría alguna vez que su madre, muerta en cautiverio, tenía líneas azules dibujadas en la frente para que sus hijos al mamar de sus pechos recordaran la pradera oriental y sus grandes ríos?
por Gonzalo Abella

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Última foto del fotolog de corremundos
corremundos ï¿½ El 14/07/2009 a las 20:11

¡Hola Gaucho!

Super interesante esta historia que nos traes hoy. Ojalá nos mueva a reflexionar sobre los atropellos ejercidos sobre los pueblos indígennas y los que aun hoy se siguen ejerciendo.

saludos

Foto de akira57
akira57 ï¿½ El 15/07/2009 a las 23:17

Buenas noches amigao Gaucho paso a dejarte
mis saludos y desearte un feliz dia...


Besos y abrazos de....

LOLA

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