Mi sobrina pequeña, hice este retrato para celebrar su quinto cumpleaños. La foto de modelo fue hecha en la cocina de su casa. Andaba con la boca pringosa de manchas de yogur, que decidí no poner para simplificar el dibujo. Iba con pies de plomo, porque siempre es complicado hacer retratos de alguien cercano, y era el primero que le hacía; no tenía la menor idea de cómo iba a reaccionar.

Compensó el esfuerzo: estaba tan sorprendida que al principio no dijo nada. Luego dijo, como si no se lo creyese: "¿Emma?". Pfffffff, respiré. A esa edad, los críos no van con ideas preconcebidas de lo que luce bien o no; si les gusta es bueno. Por eso, son los críticos más duros.

Pd: Un detalle: detras de Emma, hay una ventana, y parece que hay un degradado rojizo. Me gustaría decir que lo hice yo, pero la ventana la hice totalmente blanca, sin color. Es una sombra hecha por el reflejo de la luz al hacer la foto. No soy tan bueno, ya quisiera ;-) .