Una foto de este mismo paisaje la subí hace ya meses, pero así es como estába el sabado pasado.
Era un paraiso, pero poco a poco se fue quedando sin truchas como casi todos los ríos Gallegos, en buena medida por el abandono y el éxodo rural, que han convertido las orillas de nuestros ríos, hasta hace poco jardines, en zarzales.
Las pocas truchas que tiene, muy perseguidas por cierto, son dificilísimas de pescar debido a la maleza., pero el paisaje sigue siendo soberbio.
Existe una fotografía impresionante desde este mismo sitio, realizada por Carlos Rodríguez hace unos veinte años un día de primavera con algo de nieve, que fue portada de un libro que editó la xunta titulado "Galicia instante eterno". Una foto irrepetible que por cierto no logro conseguir.