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Si deliro es porque mis deseos
de tenerte no me dejan respirar.
Mar de caricias fueron ayer tus versos.
Y entre mis sueños
que se mezclan con recuerdos,
solo ansío tu regreso.
Matizaste mi vida en el atardecer
que calentó mis pensamientos.
Y me llevaste a caminar contigo
una tarde soleada y serena
en que ni el mismo viento
se atrevió a molestarnos.
Aquí me sentaré a esperar tu regreso.
No me importa nada más que eso.
(IMG)
Cuando la espera se presenta larga siempre se suele decir que mejor esperar sentado y tomarse las cosas con calma. Eso es lo que debían pensar en el Castillo cuando alguien se iba con un fin no muy optimista y se suponía que regresaría sin saber cúando, cómo o ni siquierea si regresaría. Así que no es de extrañar que la dama del lugar esperara el regreso de su amado en un lugar como éste, con una vista privilegiada sobre la campiña.
Y una vez avistado a lo lejos, lo que procedía era asomarse ya directamente al balcón que se ve en esta otra foto. Y quizá saludar con el pañuelo y celebrar su regreso.
De día o de noche, como en las fotos de ayer.
Besos.
Buenas noches .
Que buenas estas fotos ...impresionantes diria yo.
Hasta se nota el desgaste dejado por los zapatos durante años...impresionante .
Y es que desde luego ,el que espera desespera y mejor hacerlo sentado, y tanto que si .Y con esas vistas ...madre mia ...
Si hay hay partido...la final que practicamente el Madrid ya la tiene ganada .Nunca se sabe claro , pero vaya ...tenemos las de perder , eso está claro.
Aun asi el Cava no ha faltado...como te puedes suponer .El partido es a las 11 de la noche...tienen un valor...
Y el sábado las fiestas de Sants ...otro "clasico".
Besos.
Pues si ..."4 gatos" somos pero bueno...aqui estamos y que sea por muchos años .
Todo esto suena a novela de caballerías o a poema trovadoresco con resabios de cantar de gesta, plagado de damas aguardando a caballeros que luchan en tierras lejanas. Así es el Castillo del Buen Amor.
No lo dudes ...
¡Hola!
¡menudas esperas aquellas!. Podían pasar años sin tener noticias, sin saber si esa persona estaba viva y podría regresar. Tan solo ese balcón de los suspiros. Como se dice en otro comentario tiene un característico tufillo novelesco.
Aquí en Cartagena ocurrió en pleno siglo XX un hecho similar. El cónsul alemán Fricke, casado con una lorquina, tenía un hijo que fue llamado a filas y destinado al frente ruso. Su madre quedó muy afectada y permanecía en su balcón mirando hacia el puerto por donde lo vio marchar, esperando su regreso. Solo llegó un telegrama informando de su muerte en combate.
Aquella mujer, semi enloquecida siguió pasando sus horas muertas frente al balcón.
mandarina1981Hace una hora
corremundosHoy a las 11:24
angela.69Hoy a las 10:54
Joaki-007Hoy a las 07:18
eliocroca2Ayer a las 22:10