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29/12/2023
28/12/2023
24/08/2023
Desde el siglo XIII, Navafría viene celebrando, cada 20 de enero, la fiesta de San Sebastián.
Pero vamos a su descripción:
Navafría prepara la fiesta con un triduo en honor del santo.
La fiesta, en al que participa todo el pueblo, discurre, fundamentalmente, en torno a ocho mujeres, cada una de las cuales tiene asignado un nombre y un distintivo que las caracteriza:
1ª Quitavergüenzas, Sable
2ª Capitana, Palillo
3ª Teniente Capitana, Sable
4ª La del palillo, Palillo
Estas cuatro mujeres son casadas y cubren sus cabezas con una toca.
Tras ellas, en orden jerárquico, vienen las cuatro solteras: dos mozas y dos niñas, que se cubren la cabeza con la clásica montera segoviana:
1ª Moza primera, Bandera
2ª Moza segunda, Cuchillón
3ª Cabo de escuadra primera, Cuchillón
4ª Cabo de escuadra segunda, Cuchillón
Durante los festejos que se celebran por la mañana visten con traje de gala, de color negro, que es un signo de elegancia.
Por la tarde cambian sus manteos negros por los rojos, que tienen un carácter más ordinario, menos solemne.
A cada una de estas mujeres las acompaña un hombre; en el caso de las casadas, su propio marido; y en el caso de las niñas y mozas, su padre.
La Quitavergüenzas es la primera en salir de su casa y se encarga de ir recogiendo a las demás, en función de la disposición de sus casas dentro del entramado urbano del pueblo. Sólo la Capitana ha de ser la última en ser recogida.
En casa de la Capitana toman una pequeña colación y desde allí, con acompañamiento de música, parten, junto con la comitiva que se va uniendo, hacia la iglesia.
Cada una de ellas lleva en lugar preminente sus distintivos: sables, cuchillos, palillos y bandera, que en conjunto representan una escuadra que enlaza con la simbiología militar del santo a quien se festeja.
Tras entrar en la iglesia se saca a San Sebastián en andas y se inicia la procesión por las calles del pueblo, encabezada por el pendón y la hermosísima cruz procesional.
San Sebastián está representado por una imagen policromada en la que se le ve atado a un tronco de árbol, con siete flechas, enormes, atravesando su cuerpo.
Los maridos de las casadas serán, durante la mañana, los encargados de portar las andas, que sólo ceden para bailar con sus mujeres y el resto de las solteras, ante la imagen del santo.
Al llegar de nuevo a la puerta de la iglesia se venera al santo besando la estola roja (por el martirio) del sacerdote.
Lógicamente las primeras en venerarle son las mujeres, luego sus maridos o padres y detrás el resto de la parroquia.
Luego, en el Banco de las Subastillas, se subastan los palos y la subida al trono del santo, e inmediatamente después se entra en el templo y comienza la misa.
Al salir de la misa, todos los asistentes acuden a un salón del ayuntamiento donde la Capitana y el resto de las mujeres ofrecen vino, limonada y bollos.
Este convite es costeado por las mujeres a partes iguales.
Antiguamente, como eran épocas de nieve, los hombres hacían colectas por todas las casas y se recogían longanizas, morcillas, cecinas, tocino, patatas y otros alimentos propios de la época de matanzas por lo que se seguía la fiesta durante ocho días, en los que el pueblo entero, con el estómago lleno, se entregaba al jolgorio y a la chanza.
Tras el convite y el baile, las mujeres con sus maridos o sus padres -según los casos- comen en hermandad, quedando paralizada la fiesta hasta las cinco, en que se inicia el rosario con el que concluye el triduo a San Sebastián.
Se vuelve a sacar en procesión al santo, por la tarde y se le deja en su ermita.
Escucha Radio ¡Navafría mía!:
http://www.radionomy.com/es/radio/radio-navafriamia-/index
Pues a disfrutar de esas tradicionales fiestas de Navafría.
Saludos.